EREMOTARSO

GARGANEGA PASSITO IGT

La historia detrás de la botella

En las sombras de las colinas de Gambellara, vivía un misterioso personaje llamado Eremotarso.
Al acercarse cada invierno, se retiraba a su ermita de basalto, una cueva silenciosa donde el tiempo parecía detenerse.

Desde las profundidades de su morada, Eremotarso observaba amorosamente la tierra: las colinas ondulantes, las hileras de viñas, los campos que se extendían como un manto verde.

Todo formaba parte de su universo y conocía cada secreto de la tierra que tanto amaba. Las experiencias de su larga vida, como gotas de ámbar, se asentaron en su alma, y en esta contemplación Eremotarso abrazó su transformación.

Su soledad era un viaje de descubrimiento, una estación invernal en la que el frío del desapego se convierte en calor y el alma se enriquece con profundidad.

Cuando la primavera volvió a iluminar la zona de Gambellara, Eremotarso salió de su ermita, transformado en una nueva esencia.
Trajo consigo una dulzura que sólo el tiempo y la paciencia pueden dar.
Su presencia, silenciosa pero poderosa, era como el regusto persistente de un buen vino, un tributo a la magia de Gambellara y a sus antiguas tradiciones.